Distintas fuentes para llegar a una energía común ¿hacia dónde vamos?

Todo el mundo tiene claro que la eléctrica se perfila desde hace mucho como la energía del futuro, la luz en un principio, los motores eléctricos, ordenadores, móviles y en los últimos tiempos con imparable evolución, hasta el transporte por carretera en su conjunto, la perfilan como la de mayor futuro y crecimiento.

Desde sus comienzos, primero con la geotérmica, seguida de la hidráulica y la controvertida energía nuclear, se han postulado como las grandes generadoras de nuestra energía preferida. Llevamos años con el imparable crecimiento de las renovables, que es sin duda el camino a seguir.

Ahora bien, estamos ante un nuevo reto tecnológico, muchas de estas nuevas y ecológicas fuentes tienen en común una dependencia de los caprichos meteorológicos. Los aerogeneradores están expuestos a los cambios del viento y ¿quién lo iba a decir? la energía hidráulica procedente de los pantanos, tal y como hemos podido ver este último año de sequía. Su falta de producción repercute de modo decisivo el “el recibo de la luz” que pagamos todos los usuarios.

Ante tal contratiempo, no queda otra que echar, de momento, mano a otras fuentes de generación, aunque algunas sean tan poco ecológicas como la térmica y la nuclear, que deben compensar esta siempre creciente demanda de energía. La primera, dependiente del carbón, se encuentra en franco declive, mientras no se encuentren modos de reducir su impacto ecológico, pero, mientras no se demuestre lo contrario, es innegable.

También la nuclear, que si bien podríamos pensar que un no tan lejana catástrofe de Chernóvil, podríamos achacar a unas instalaciones anticuadas y mal mantenidas, el accidente de la central nuclear de Fukushima puso de nuevo el punto de mira en un sistema que parece tener los días contados y del que pocos defensores quedan.

Como asignaturas pendientes y en especial relación con las renovables está sin duda el tema del almacenamiento de energía. En el momento que se consigan medios rentables, ecológicos y duraderos estaremos sin duda en el comienzo de una nueva era.

Iniciativas en tal sentido como la de Tesla, han parecido contar con la animadversión de grandes lobbys del sector energético, con intereses fundados en negocios multimillonarios, pero que no nos cabe duda que tienen sus miras en el dinero a corto plazo. Urgen un equilibrio que beneficie a todas las partes y no solo a una de ellas en todo el entramado energético.

Si la población se ve abocada al uso de una energía cara e insostenible, a la larga perjudicará a toda la cadena económica, ya que al disponer de menos medios económicos también reducirán su consumo en muchos otros sectores, que a su vez dependen de la energía eléctrica.

By | 2017-12-11T18:22:27+00:00 diciembre 11th, 2017|Noticias Enegía|0 Comments

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